jueves, 17 de abril de 2008

CARTAS DESDE EL FRENTE


Michael :

Antes de nada, gracias por reservarle un lugar a los soldados que han muerto en la <> de Irak. Te escribo, no obstante, para hablar de los soldados suicidas, tanto los que se encuentran en zona de guerra como los que acaban su vida como los que acaban con su vida ya en Estados Unidos a causa de estrés pos traumático.
Mi Hermano, el sargento de Marines Boyd W. <> Wicks Jr., fue uno de los primeros en presenciar el inicio de las hostilidades en Bagdad y licenciado con honores en Octubre de 2003 después de 4 años al servicio del ejército. Sufría estrés postraumático agudo, pero se negó a buscar ayuda, aun cuando familiares y amigos tratamos de convencerle repetidas veces de que visitara a un especialista.
Tres días antes de morir le dijo a mi madre que, al llegar a Kuwait procedentes de Irak, un comandante les había conminado a no volver a casa llorando como nenas refugiándose en el trastorno de estrés postraumático, que lo que tenían que hacer era ir al bar con los amigotes y <>, que así se olvidaría todo el horror que había tenido que soportar.
El 23 de febrero de 2004, mi hermano se ahorcó en su piso. Cuando le encontraron, el corazón ya se le había parado, pero lo reanimaron y lo trasladaron a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Christhiana de Wilmington, Delaware. Cuando nos dijeron que su cerebro jamás se recuperaría lo suficiente para no depender de una máquina para respirar, la familia decidió desenchufarle. Mi hermano estaba lleno de vida y era mucha la gente que le tenia en gran estima, así lo demuestra los 600 compañeros que acudieron al velatorio. A su unidad le rindieron honores presidenciales y a él le fue concebida una medalla a titulo individual por conducta heroica durante la guerra de Irak.
A los militares que se suicidad empujados por el infierno emocional que les ha provocado la guerra habría que incluirlo habría que incluirlos probablemente en el mismo grupo que los muertos por bomba o impacto de bala. Supongo que mi hermano hubiese preferido una muerte rápida, con una bala atravesándole el corazón, al infierno emocional que tuvo que soportar durante meses después de volver del frente.
Gracias
ANNEMARIE WICKS

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